Cuida de tu familia: da gracias por cosas por las que no sueles darlas

DOMINGO XXVIII TIEMPO ORDINARIO (LUCAS 17, 11-19)

En el camino de Jesús hacia Jerusalén, 10 leprosos le gritan desde lejos que se apiade de ellos. Él les recomienda que se presenten al sacerdote y, en su marcha, les desaparecen sus lesiones. Sin embargo, sólo uno, samaritano, vuelve a Jesús para darle las gracias. Los otros 9, quizá por seguir la ley como buenos judíos que les exigía una serie de medidas para confirmar su curación y reintegrarse a la comunidad, olvidaron dar las gracias a quien los había curado.
¡Qué a menudo vivimos algo así en nuestras familias! ¿Cuántas veces damos las gracias por tanto bueno como los demás hacen por nosotros? Las tareas del hogar, los desvelos, el cariño, el perdón, el olvido de sí…incluso el aceptarnos con nuestras miserias y pobrezas.
“Es de bien nacidos ser agradecidos”, dice el refrán. ¿Y no deberíamos comenzar siéndolo precisamente por aquel hogar en el que “hemos nacido” o vivimos? Quizá sea de la mejor de las maneras de dar gracias también a Dios.

Propuesta para cuidar la familia esta semana:
Decir explícitamente “gracias” a las personas de nuestra familia por cosas por las que a menudo no las damos. Además, os proponemos hacer esta preciosa oración que sale como himno en la oración de los Laudes: “Gracias Señor por la aurora; gracias por el nuevo día; gracias por la Eucaristía; gracias por nuestra Señora. Y gracias por cada hora de nuestro andar peregrino. Gracias por el don divino de tu paz y de tu amor; la alegría y el dolor de compartir tu camino”

Pilar Jiménez y Fernando Hernández

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