Desde esta paz que siento
se humedecen los tallos
de mi esperanza adolescente.
Una dulce nostalgia atraviesa mi piel
y se encienden los poros de los tejidos últimos,
destellos amarillos de un horizonte en llamas.
Como un pañuelo desplegado al viento
extiendo dulcemente la mirada.
Y danzan las palomas de mis sueños
por una tierra anónima
y regresan al nido de los silencios frágiles.
Cae la tarde agradecida y lenta
como una melodía de voces gregorianas.
Caracas, 1989
Blas Márquez Bernal, cmf
(FOTO: Matías Mullie)
UMA DOCE NOSTALGIA ATRAVESSA A MINHA PELE em portugués