Mateo 7, 21-29:
«El que escucha estas palabras mías y las pone en práctica se parece a aquel hombre sensato que edificó su casa sobre la roca».
El verano que estamos comenzando a vivir puede ser un buen indicador para saber y darnos cuenta de los cimientos en los que se sustenta la construcción de nuestra casa, que es decir de nuestra vida.
Si para tí es más importante que Dios la playa, la piscina, los amigos, los viajes e incluso el descanso, quiere decir que tu vida de fe puede que esté edificada sobre arena.
Cuida también tu vida espiritual en este tiempo de verano. Cuida el seguir edificando sobre roca.
Sé fiel a tu oración diaria, a tu encuentro cada día con la Palabra de Dios, a vivir frecuentemente la Eucaristía, y no olvides de vez en cuando celebrar también el sacramento del Perdón.
También en verano hay gente que sufre, que pasa hambre, que tiene necesidad de ti. No te olvides de ellos.
Disfruta del verano y que también a lo largo de estos días te parezcas a aquel hombre sensato que edificó su casa sobre roca.
Buenos días y buen verano.
Antonio Sanjuán Marín, cmf