Marcos 9, 2-13:
«Jesús se llevó a Pedro, a Santiago y a Juan. Subió con ellos solos a una montaña alta y se transfiguró delante de ellos. Sus vestidos se volvieron de un blanco deslumbrador como no puede dejarlos ningún batanero del mundo».
También tú y yo y todos nosotros estamos llamados a transfigurarnos con Jesús. Todos podemos ser transfigurados por la fuerza de la resurrección de Jesús.
Pregúntate también tú si realmente quieres transfigurar tu corazón.
Pregúntate si quieres que Jesús lo transfigure.
Pregúntate si no quieres tener un corazón de piedra.
Si transfiguras tu corazón con la transfiguración de Jesús, también serán transfigurados tus pensamientos, tus palabras y tus acciones y así te convertirás en testigo de la Resurrección de Jesús.
Para transfigurarnos en Jesús tenemos que escuchar a Jesús. El Padre nos lo ha dicho todo en Él. No necesitamos escuchar revelaciones extrañas, apariciones ni horóscopos. En Jesús está todo dicho.
Contempla hoy a Jesús como Palabra del Padre y escúchalo. Verás y notarás tu transfiguración.
Buenos días.
Antonio Sanjuán Marín, cmf
