Sirviendo la Palabra: Jn 11, 19-27

MIÉRCOLES 29 DE JULIO

Juan 11, 19-27:
«Yo soy la resurrección y la vida: el que cree en mí, aunque haya muerto, vivirá; y el que está vivo y cree en mí, no morirá para siempre».

Los que creemos en Jesús nunca celebramos la muerte sino que siempre celebramos la vida.
Esa vida que desde la resurrección de Jesús es una vida plena y eternamente feliz. Nosotros, los cristianos, sabemos que la palabra definitiva no la tiene la muerte sino que la tiene la vida.
Por eso la Iglesia se dirige muchas veces al Padre con esta bonita oración:
«En verdad es justo y necesario,
es nuestro deber y salvación darte gracias
siempre y en todo lugar,
Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y eterno,
por Cristo, Señor nuestro.
En Él brilla la esperanza de nuestra feliz resurrección;
y así, aunque la certeza de morir nos entristece,
nos consuela la promesa de la futura inmortalidad.
Porque la vida de los que en tí creemos, Señor, no termina, se transforma;
y, al deshacerse nuestra morada terrenal, adquirimos una mansión eterna en el cielo».
Agradece hoy al Señor la VIDA que continuamente nos está regalando.

Buenos días.

Antonio María Sanjuán Marín, cmf

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