SÁBADO 10 DE OCTUBRE
Lucas 11, 27-28:
«Dichoso el vientre que te llevó y los pechos que te criaron». Pero Jesús repuso: «Mejor, dichosos los que escuchan la Palabra de Dios y la cumplen».
Hoy aparecen en el Evangelio dos bonitos piropos a la Madre de Jesús.
Queremos resaltar el entusiasmo y la valentía de esa mujer que se atrevió a proclamar en voz alta las maravillas que el Señor había hecho en María.
Fue una mujer valiente para hacer que su voz resonara en medio del gentío.
Esta mujer nos invita hoy a todos nosotros a levantar también nuestra voz ensalzando a la Madre de Dios.
Que nunca tengamos miedo de confesar a María como Madre de la Iglesia y por tanto como Madre de cada uno de nosotros, seguidores de Jesús.
Dios te salve María, llena eres de gracia, el Señor está contigo. Bendita eres entre todas las mujeres y bendito el fruto de tu vientre. Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros, pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.
Buenos días.
Antonio María Sanjuán Marín, cmf