PRIMERA PROFESIÓN DE JAVIER CAMPOS NAVARRO, CMF

Un día después de mi primera profesión, todavía sigo asimilando lo que pude vivir: dar formalmente esa respuesta a Dios. Siempre tuve conciencia de que ese momento iba a significar mi consagración al Espíritu y al corazón de nuestra madre y eso es lo que durante todo este año de noviciado he ido tomando conciencia. Un año especial, al que quiero agradecer a la Congregación por permitirme realizarlo. Miro hacia atrás y me sorprendo todo lo avanzado en mí y en mi tarea misionera. La palabra misión siempre va tatuada en el corazón. Así es como me lo enseñó siempre Antonio Sanjuan, al que tanto tuve presente en el momento de la profesión, desde el día en que me llamó la atención en misa Almendralejo y me mostró quiénes eran los claretianos.

En un año da tiempo a que pasen muchas cosas y, sin duda, he podido sentir ese “moldeado” en la fragua del Corazón de María y, sobre todo, con la figura de Claret. Una figura a la que he podido descubrir de manera muy profunda gracias a mis formadores y a los talleres que se nos brindaban en el noviciado. Una figura que me ha resultado apasionante. Sabía que era un año único y lo he intentado vivir lo más a fondo posible; no pasar por el noviciado, sino que el noviciado pasase por mí. Y estoy completamente seguro de que así ha sido.

De igual manera, me llevo el apoyo y el cariño incondicional de mis hermanos de comunidad, entre los que me llevo grandísimos amigos, a la gente “relinda” de Argentina que tanto calor nos ha brindado en sus casas y en las distintas tareas pastorales. Y eso es lo bonito de la misión, las personas, el mirarlas a los ojos, y pedirle a Dios mientras hablas con ellas.

Y vuelvo con el compromiso de seguir creciendo y transformándome, pedirle a Dios el seguir conociéndole, amándole, sirviéndole y alabándole, y que los demás también lo hagan.

Córdoba, Argentina, 7 de enero de 2025

Javi Campos CMF

 

Start typing and press Enter to search