La vida consagrada, parábola de fraternidad en un mundo herido

Esta semana, en concreto el 2 de febrero, se ha conmemorado la XXV Jornada Mundial de la Vida Consagrada bajo el lema ‘La vida consagrada, parábola de fraternidad en un mundo herido’.

Oramos a Dios para darle gracias por las personas consagradas que forman parte de la familia claretiana ya que, a través de múltiples rostros, matices, colores, etcétera, nos muestran a diario la expresión de misericordia y testimonio de fraternidad en un mundo herido.

Muchas de nuestras parroquias en sus redes sociales quisieron dedicarle unas palabras a las personas consagradas que forman parte de su comunidad, como fue el caso de la Parroquia del Espíritu Santo de Granada (a las Hermanas Hospitalarias) o la Parroquia Nuestra Señora del Carmen de Málaga (a sus misioneros claretianos), de donde son las imágenes que os mostramos.

El objetivo de esta jornada es ayudar a toda la Iglesia a valorar cada vez más el testimonio de quienes han elegido seguir a Cristo de cerca y dedicar su vida a Él:  Son hombres y mujeres que, en medio de innumerables desafíos, al borde del camino o en el rincón más inhóspito de una barriada cualquiera, se convierten en ayuda para las heridas del mundo.

También en la actualidad, las personas consagradas ayudan con una mirada especial a personas que experimentan nuevas formas de injusticia, aflicción y desesperanza: los afectados por la COVID-19.

 

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