«Estad también vosotros preparados, porque a la hora que menos penséis viene el Hijo del Hombre» (Mateo 24, 37-44).
Jesús nos recomienda es que estemos vigilantes. Que no nos durmamos nunca ni nos cansemos de hacer el bien. Que estemos atentos a sus continuas venidas. Es necesario tener muy abiertos los ojos y muy encendido el corazón para ir descubriendo esa presencia de Jesús en nosotros, en los demás y en todos los acontecimientos que van ocurriendo.
«Caminemos a la luz del Señor». Intenta caminar siempre, y sobre todo en este tiempo de Adviento, a la luz de ese Señor que nos ilumina, que nos estimula y que nos alienta en el camino hacia Él.
Que tengas un Adviento lleno de esperanza, de ilusiones y, sobre todo, de entrega a los demás para encontrarte en ellos con Jesús. Los hermanos son el «Belén» en el que encontramos a Jesús y, normalmente, envuelto en pañales.