ENTREVISTA A GONZALO FERNÁNDEZ CMF, FORMADOR EN LIDERAZGO DISCERNIENTE

¿A qué llamamos liderazgo discerniente? ¿De dónde viene y por qué en la Iglesia se está hablando tanto de ésto ahora?

La expresión “liderazgo discerniente” es una traducción literal del nombre del programa formativo “Discerning Leadership” que un equipo multidisciplinar vinculado a la Compañía de Jesús empezó en Roma hace unos pocos años y en el que tuve la fortuna de participar.  El objetivo de este programa es apoyar a personas con altos cargos de autoridad y responsabilidad en la Iglesia para que desarrollen su capacidad como líderes, administradores y gestores con especial atención al discernimiento y al camino sinodal de la Iglesia. 

En un momento cultural caracterizado por la volatilidad, la incertidumbre, la complejidad y la ambigüedad (VICA), se requiere un tipo de liderazgo que ayude a las personas y grupos a discernir lo esencial de lo accidental, a no sucumbir a la posverdad o la polarización, a fundamentar en valores éticos el ejercicio de la autoridad. En el caso de las comunidades eclesiales, este discernimiento busca además iluminar desde la persona de Jesús y el evangelio las complejas situaciones que nos está tocando vivir hoy, teniendo muy en cuenta el momento sinodal de la Iglesia. No se puede ser líder hoy desde una mentalidad piramidal y autoritaria.

¿Qué tiene que ver esto con nuestra vocación como misioneros?

Creo que mucho. Nosotros estamos llamados a caminar con comunidades cristianas de diverso signo: parroquiales, educativas, misioneras, etc. Compartimos con ellas la incertidumbre y la complejidad  que caracterizan el momento actual de nuestro mundo. El desafío es ejercer un tipo de acompañamiento “discerniente” que se inspire en Jesús y su manera de liderar desde el servicio y la entrega, que recoja la mejor tradición eclesial y congregacional (Claret es un excelente modelo de liderazgo cercano y compasivo) y que incorpore las aportaciones recientes de las ciencias humanas que han estudiado el tema del liderazgo. 

¿Cómo acompañar en este proceso a las personas de las distintas posiciones que conforman nuestra provincia y con las que compartimos misión? Oportunidades y tentaciones.

Creo que la provincia de Fátima ha hecho un esfuerzo grande por organizar talleres regionales (en Reino Unido, Portugal y España y próximamente en Zimbabue) para todos sus miembros. Estos talleres de tres días de duración ofrecen claves y herramientas que pueden ser utilizadas con provecho en las comunidades y posiciones pastorales. Ahora se trata de seguir profundizando en los temas esenciales y, sobre todo, de involucrar -desde una renovada conciencia de “misión compartida”- al mayor número posible de laicos que tienen responsabilidades en la vida misionera de la provincia. Lo esencial para todos es captar la urgencia de un liderazgo nuevo para este nuevo tiempo de sinodalidad que estamos viviendo en la Iglesia. Sin líderes entrenados, corremos el riesgo de echar el vino nuevo de la sinodalidad en los odres viejos de un liderazgo muy clerical o rutinario.

 

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