El joven Karl Marx

Resulta curioso que hayan pasado casi ciento veinticinco años desde la invención del cinematógrafo para que Karl Marx, sin duda uno de los hombres más relevantes en el pensamiento y la sociedad de los últimos dos siglos, tenga una película centrada en su vida, o al menos en parte de ella. Que yo sepa, ésta que comento hoy es la primera estrenada en nuestro país que se detiene en relatar algunos hechos de su biografía como protagonista; cierto es que sería más exacto titularla “Los jóvenes Marx y Engels”, pues éste ocupa también un lugar muy importante en la narración, deteniéndose en los conflictos familiares que hubo de afrontar, debido a la oposición de su padre a sus ideas anticapitalistas y revolucionarias.

Las dos horas del largometraje se centran en el período comprendido entre 1840 a 1848, en que ambos contribuyen a la fundación de la Liga Comunista y publican el Manifiesto Comunista con su célebre proclama: “Proletarios del mundo, uníos”.

Es evidente en El joven Marx un tono didáctico que hace avanzar la narración con resonancias de las circunstancias que vivió en esa década tan tumultuosa. Sabemos que en esos años se iniciaron en Europa varios movimientos revolucionarios en los que Marx estuvo presente, lo que le obligó a vivir en varias ciudades, acompañado por su esposa, Jenny Von Westphalen, y los hijos que fueron teniendo. Hay secuencias que podrían proyectarse en las aulas como enunciado del materialismo histórico, la lucha de clases, la clave económica como interpretación de la historia, la subordinación del capital al trabajo… O como narración de la inquieta década que Marx vivió y que le llevó desde su país natal, de donde tuvo que salir exiliado por su enfrentamiento con el absolutismo prusiano al que criticaba en las páginas de un diario liberal, a París y Bruselas, donde sus actividades públicas le obligaron a continuar su viaje para recalar finalmente en Londres, donde pasó los últimos años de su vida y escribió su obra fundamental, El Capital.

Junto a Marx intervienen en la historia diversos nombres que han pasado a ocupar un lugar destacado en el pensamiento moderno, caso de Proudhon o Bakunin.

El peso de un pensamiento tan destacado ha llevado al director Raoul Peck, que fue Ministro de Cultura de Haití, a hacer una película donde el texto se privilegia sobre la imagen, intentando mostrar la forma de pensar de Marx y las consecuencias que la ideología marxista ha tenido en los dos últimos siglos.

Antonio Venceslá, cmf

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