19 de Enero de 2020. II Domingo Tiempo Ordinario Ciclo A. Jn 1, 29-34
Testigo es aquel que da fe, que certifica con sus palabras y con sus acciones un acontecimiento que ha vivido.
Hoy, Juan el Bautista, nos dice que él es testigo de que Jesús es el Cordero de Dios, el que quita el pecado del mundo, y que ha visto al Espíritu de Dios sobre él.
Nuestro tiempo, nuestro mundo, necesita auténticos testigos, cristianos convencidos que den testimonio de Jesús. Si le hemos conocido, si ha tenido algo que ver en nuestra vida no nos podemos callar. Hay muchos que no le conocen, que aún no lo han encontrado, y esperan que alguien les abra los ojos.
El que ha experimentado a Jesús de alguna manera (¡y son tantas las veces que pasa a nuestro lado!), no puede callárselo. Ha de ser como el Bautista, testigo del amor de Dios. Ha de compartir con los demás la alegría de la buena noticia: este es el Cordero de Dios, que me hace feliz cuando vivo con autenticidad.
Juan Ramón Gómez Pascual, cmf
