Cuidando la familia: compromenterse a no alimentar habladurías

DOMINGO VIII Tiempo Ordinario

La lectura de este domingo nos invita a hacer una reflexión dentro de la familia. ¿Quién soy yo para andar con murmuraciones de otros cuando soy el primero que tengo motivos para callarme? ¿Por qué nos sentimos con capacidad para ser jueces cuando lo más seguro es que también seamos acusados? Por eso, deberíamos aprender a ser muy prudentes a la hora de denunciar o condenar las acciones de nuestros hermanos, y practicarlo y enseñarlo así en el seno de nuestra familia. Pero además deberíamos tener el valor de mirar dentro de nuestro corazón sin miedo y tratar de quitar sinceramente la viga que seguramente tenemos. Así estaremos más ligeros para seguir a Jesús y amar a nuestros hermanos.

Propuesta para cuidar la familia esta semana:

Comprometernos a no hacer caso a habladurías ni chismorreos que tengan que ver con nadie que conozcamos, y menos aún con miembros de nuestra familia, que no aportan nada productivo a nadie y sí puede hacer daño a todos.

Alicia del Pozo y Francisco Bonachera

 

Start typing and press Enter to search