II DOMINGO DE PASCUA (Jn 20, 19-31)
Se acerca la oscuridad del anochecer y las puertas están bien cerradas. De alguna manera esto es lo que están viviendo muchas familias hoy. Y no solo por el confinamiento a causa de la pandemia. También porque a veces las “fuerzas del mal” parecen dominarlo todo.
Pero, sea como sea… Jesús resucitado llega a nosotros y nos brinda la “paz”. Y, entonces, todo cambia: ¡”Hemos visto al Señor”!. E incluso cambia para los que no lo hemos visto con los “ojos del cuerpo”: “Dichosos los que crean si haber visto”.
Pues si somos cristianos de verdad, hemos de recuperar la luz y “abrir las puertas”, que puede se una hermosa metáfora en estos tiempos de recuperar la alegría del Evangelio, como tantas veces nos recomienda el Papa Francisco.
Propuesta para cuidar la familia esta semana:
Hoy, cada miembro de la familia, podría proponerse ser “agente de Paz” para con el resto de la misma. Y qué mejor manera para conseguirlo que pedírselo al Señor Resucitado, Señor de la Paz.
Margarita Angulo y José Morenodávila
