XXVI Domingo del Tiempo Ordinario (Mt 21, 28-32)
En la lectura de hoy, vemos como Jesús nos presenta dos situaciones antagónicas y nos hace ver que no se deja llevar por lo “exterior” -ni por lo que “se dice de boca” ni por “la imagen social” que se proyecta -. Él lee el corazón de las personas y opta por aquellos que, aunque son los más desfavorecidos a imagen de todos, son los que hacen la voluntad del Padre.
Algo parecido hemos de vivir en nuestras familias. Debemos optar por seguir a Jesús no sólo de palabra sino de obra. Para ello es importante que nuestro compromiso parta desde la oración. Una oración que no se quede sólo en la intención o en el pensamiento sino que vaya acompañada de obras y comportamientos que nos acerquen a Jesús.
Propuesta para cuidar la familia esta semana:
Dialogar sobre “qué obras” está haciendo cada uno que “demuestren” que se sigue la voluntad de Dios.
Teresa Molina y Juan Alcaide