Hoy el Evangelio nos habla de un Jesús incomprendido. Incluso por su propia familia. Cuando Jesús vuelve a casa, se ve rodeado por una multitud que le espera y entre ellas, algunos familiares, quienes creen que «no está en sus cabales». También algunos rabinos le acusan de estar poseído por el diablo, quien le da el poder de expulsar a otros diablos alojados en ciertos enfermos, consiguiendo así su curación. Jesús rebatió con facilidad su falacia y quedaron como el gallo de Morón, “sin plumas y cacareando”. No quisieron reconocer la presencia de Dios en Jesús y obtuvieron de Él un aviso contundente: “el que blasfema contra el Espíritu Santo no tendrá perdón jamás”.
Sea lo que sea el diablo, lo cierto es que en la vida nos enfrentamos a una legión de diablos, que son las tentaciones, que nos alejan de Dios: la soberbia, el afán desmedido de poder, fama o riqueza con sus consecuencias de egoísmo e intolerancia, la envidia, la lujuria y otras tantas actitudes que nos inducen al mal, también en el seno de nuestros hogares. Al mal hay que enfrentarlo y vencerlo con el bien.
Por otro lado, al final de la lectura le avisan a Jesús que su Madre y parientes le buscan, pero Él, intuyendo la presencia de Dios entre los oyentes, que lo observaban arrobados, prioriza su permanencia entre ellos. Dios es la primera elección, aunque cueste. Incluso por encima de la propia familia.
Con todo ello, podemos hacernos algunas preguntas: ¿Cómo deben actuar los padres de familia frente a los aspectos negativos de la civilización actual? ¿Cómo ayudar a formar la personalidad de los hijos enseñándoles a cultivar valores evangélicos como el amor y la generosidad entre ellos, el respeto mutuo y con los mayores, a ser tolerantes y educados, el espíritu de trabajo como acto de servicio a los demás…? Hemos de aspirar al menos a conseguir darles una pátina cristiana a su comportamiento como nuevos padres de familia y como ciudadanos que contribuyan a mejorar esta sociedad que adolece de ciertas enfermedades.
Propuesta para cuidar tu familia:
Dialogad sobre un aspecto concreto de la sociedad que sea negativo y cómo darle la vuelta desde el Evangelio.
Pilar Jiménez y Fernando Hernández