IV DOMINGO DE PASCUA (Jn 10, 1-10)
Jesús se muestra en este evangelio como pastor (que quiere a cada una de sus ovejas como es) y puerta (como camino de libertad). Los creyentes necesitamos estar atentos a la vida a la que nos guía ese Pastor, que es el único. No necesitamos fanáticos que defiendan verdades de manera autoritaria; si estamos pendientes, aunque estemos rodeados de dificultades, nuestro Buen Pastor, Jesús, nos hará saber cómo y por donde debe pasar nuestra vida. Y nuestras familias deben ser el lugar primero donde vivirlo.
Propuesta para cuidar la familia esta semana:
Hoy más que nunca, desde un espacio cerrado como es la casa, y desde el convencimiento de que “todo va a salir bien”, nuestro compromiso será el de ejercer la solidaridad camino por el que nos lleva el buen Pastor. Rodeados de dolor y muerte dirigimos la mirada a los que arriesgando su vida intentan salvar la vida de los demás, a los que le llevan la comida a los mayores y discapacitados, a los que “rascan el bolsillo” (comparten dinero) para dar dinero a las familias que no tienen, a los que cosen en casa para dar cobertura a los que trabajan en primera línea, a los que tienen gestos de cariño con el vecino…. Nuestro compromiso como familia es seguir atentos y unirnos a esta marea, porque el “Buen Pastor” está entre ellos: dando la vida y guiándonos.
Teresa Molina y Juan Alcaide