VII DOMINGO DE PASCUA – ASCENSIÓN DEL SEÑOR (Mt 28, 16-20)
Con la ASCENSIÓN DEL SEÑOR se cierra el ciclo de la estancia terrenal de Jesús, pero en
modo alguno su abandono a la humanidad. Contamos con su promesa de su permanencia
“hasta el final de los siglos”. Jesús seguirá siendo nuestro compañero terrenal y ayuda
permanente en nuestro caminar, comenzando por nuestra familia. Ello nos obliga a los Cristianos a asumir nuestra obligación-misión de ser sembradores de PAZ Y AMOR en nuestro mundo.
Propuesta para cuidar nuestra familia:
Vivamos esta próxima semana, a nivel familiar, social, laboral, tratando de hacer presente, con
la ayuda de Jesús Resucitado y Ascendido al CIelo, los valores que el Señor practicó durante
su estancia en la tierra, basados todos ellos en el servicio y amor a todos nuestros hermanos.
Pilar López y Joaquín Devolx
