Cuida la familia: Pedir a Dios para la familia el don de la fe y la alegría de la reconciliación.

DOMINGO VII de PASCUA, CICLO C (LUCAS 24, 46-53)

En este evangelio de San Lucas Jesús comunica a los discípulos que lo que le estaba ocurriendo ya había sido predicho por los profetas y que, a partir de ahora, la salvación de los hombres necesita, irremediablemente, el arrepentimiento, la reconciliación y la petición a Dios del perdón de todos los pecados. Así, la labor de los apóstoles será extender el mensaje de Cristo por toda la tierra, invitando a la conversión de los hombres, una vez que Jesús ha dado testimonio de su muerte y resurrección.
Con este acontecimiento (la Ascensión), Jesús nos da muestra de su doble naturaleza, humana (muerte en la cruz) y divina (ascensión a los cielos) y nos pide nuestra humildad reconociendo nuestros pecados. Pues bien, en la familia se producen conflictos de manera recurrente y la mejor manera de superarlos sin trascendencia es la humildad, superando así el orgullo que muchas veces nos impide reconciliarnos. Debemos abandonarnos incondicionalmente a Jesús, a su “humanidad” y a su «divinidad», pues solo El conoce nuestras limitaciones y es el único que nos podrá dar luz en lo que no somos capaces de ver. Realmente Él lo puede todo

Propuesta para cuidar la familia esta semana:

Pidámosle a Dios el don de la fe para nuestra familia, para acercarnos cada vez más a su ejemplo y así poder perdonar y ser perdonados y, de esta forma, disfrutar de la alegría que nos da la reconciliación.

Lourdes del Pozo y Juan José Sánchez

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