TODOS LOS SANTOS (Mt 5, 1-12a)
Podemos hacer un doble texto con las Bienaventuranzas: a un lado copiamos el texto de Mateo tal como nos los ofrece la liturgia. Al otro lado lo copiamos pero con las siguientes variaciones: cambiamos las palabras “pobres” por “ricos”, “sufridos” por “rebeldes”, “lloran” por “ríen”, “justicia por “reconocimiento social”, “misericordiosos” por “egoístas” y “los que trabajan por la paz” por “los agresivos”.
Así tendremos dos Bienaventuranzas: las evangélicas y las del mundo. Seguro que conocemos muchas gentes y muchos entornos en las que las del mundo son las preferidas, las de los ganadores.
Seguro que las del mundo nos chirrían cuando las leemos. Pero es posible que en realidad las practiquemos muy a menudo.
Propuesta para cuidar la familia esta semana
Revisemos los valores de nuestra familia. Qué aconsejamos a nuestros hijos para que se defiendan por la vida. Cómo reacciona nuestra familia cuando queremos conseguir nuestras metas o cuando nos sentimos atacados.
Meditemos como vivió Jesús las Bienaventuranzas que predicó. ¿Está puesta nuestra felicidad en esa forma de vida?
Margarita Angulo y José Morenodávila