“Si hoy me preguntas por Dios, creo que hemos legitimado que se le devuelva en caliente al otro lado de nuestras fronteras” (Santiago Agrelo).
La semana pasada asistimos incrédulos a todo un arsenal de noticias, por una gran mayoría de medios de comunicación, donde se afirmaba que el Tribunal Constitucional avalaba la ley de Seguridad Ciudadana, incluida las expulsiones en caliente de inmigrantes. No faltaron los apoyos por parte de algunos políticos, incluidos del gobierno actual, ante semejante fallo. Sin embargo, toda la maquinaria de la sociedad civil y de las organizaciones a favor de los derechos humanos se puso en marcha para contrarrestar un discurso tergiversado y manipulado de esos medios con respecto a lo que realmente había dicho el Tribunal Constitucional.
El Tribunal no avala el rechazo en frontera como se aplica actualmente. El Tribunal pone una serie de condiciones más claras sobre su interpretación: solo puede aplicarse a entradas individualizadas, y siempre que exista pleno control judicial y en cumplimiento de las obligaciones internacionales respetando los acuerdos en materia de derechos humanos. Además, afirma que la actuación policial deberá desarrollarse con especial atención respecto a los migrantes con un perfil vulnerable, como menores de edad, las mujeres embarazadas o personas de edad avanzada.
Sabemos que, en la actualidad, nuestras políticas migratorias devuelven de manera inmediata a los migrantes, sin identificarlos ni estudiar sus casos particulares, lo que imposibilita la aplicación de cualquiera de las garantías planteadas por el Constitucional, como atender los casos de perfiles vulnerables, pues no pueden detectarlos. Además, los acuerdos internacionales en materia de derechos humanos, como la Convención de Ginebra, prohíbe las expulsiones colectivas pues impide a los migrantes su acceso a la asistencia letrada, al derecho a intérprete y a la posibilidad de pedir asilo o recurrir su devolución.
Mas de 80 organizaciones firmamos el comunicado exigiendo al Gobierno la paralización de la práctica de las devoluciones mientras se establezca con la mayor celeridad posible una regulación normativa que garantice un procedimiento acorde a las exigencias de la sentencia del Constitucional.
A propósito, y como consecuencia de la manipulación a la que fuimos sometidos, D. Santiago Agrelo, escribió en Religión Digital, que estas noticias eran para el “un día de enorme frustración, ira y vergüenza, … un día oscuro y amargo”, además, afirmó: “Si hoy me preguntas por Dios, creo que hemos legitimado que se le devuelva en caliente al otro lado de nuestras fronteras”. D. Santiago, déjeme que le diga, que nosotros no podemos perder la esperanza en la humanidad, es algo que no podemos permitirnos perder nunca ya que necesitamos de nuestra esperanza para poder hacer de este mundo, granito a granito, un lugar mejor. A veces podemos pensar que nos estamos deshumanizando, pero aún corriendo el riesgo de parecer incrédulo o ilusionado ante la vida, sé y tengo fe de que la propia humanidad corregirá nuestros errores y nos enseñará a volver a ser humanos con alma.
José Antonio Benítez Pineda, cmf
(Foto: EFE)