Vicente: Vivir para servir a la caridad.

SAN VICENTE DE PAUL. 27 de septiembre

De pequeño fue pastor. ¿Sería una premonición? El hecho es que, dadas sus cualidades y la perspicacia de quienes lo trataban, a los 20 años fue ordenado sacerdote, edad verdaderamente excepcional incluso para los tiempos en que vivió, 1581-1660.

Poco se sabe de los 10 años siguientes, pero a los 30 Vicente de Paul está en París, aunque tiene que viajar frecuentemente a los campos, lo que le lleva a un conocimiento de primera mano de las condiciones de vida de la población campesina y de las deficiencias del clero rural que la atendía. Unido esto a la experiencia de la pobreza en París lo llevan a la decisión irrevocable de dedicar su vida, no a la promoción social propia y de su familia, sino a la evangelización y redención de la población pobre, especialmente campesina, y a la formación de sus sacerdotes.

El 10 de este mes recordamos a San Nicolás de Tolentino, pobre fraile, de pobre convento en pueblo pobre. El campo de acción de Vicente de Paul será París, el inmenso París y la inmensa campiña circundante. Su visión, limitada en sus comienzos a la población campesina, se fue ampliando progresivamente hasta incluir condenados a galeras, enfermos pobres, niños abandonados, soldados heridos, esclavos, ancianos desamparados, mendigos, refugiados de guerra o nativos paganos de Madagascar. Toda una empresa inmensa que requiere una inmensa creatividad y una inmensa capacidad organizativa. A Vicente no le falta y Vicente no se arredra. Llegará hasta el Rey Luis XIII, de quien recibe apoyo y con quien mantiene amistad.

Adelantado del trabajo en equipo funda la Congregación de la Misión (los PP. Paúles) para la formación del clero y ayuda a los necesitados. Esto en 1625. Ocho años más tarde, 1633,  lo que funda es la Compañía de las Hijas de la Caridad, que ha llegado a ser una de las organizaciones más numerosas de la Iglesia Católica.

En nuestro tiempo lo que se necesita para trabajar con los pobres es imaginación. Y generosidad en aquellos a quienes el Señor no les haya dado mucha imaginación ni creatividad. ¿Cómo andas de la una (creatividad) y de la otra (generosidad)?

Carlos Díaz Muñiz, cmf

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