Un mayor compromiso con todos los migrantes y todos los refugiados, sean de donde sean, y vengan de donde vengan

El Nuevo Pacto sobre Migraciones y Asilo ofrece a la Unión Europea la oportunidad de pasar de un enfoque determinado en materia de migración y asilo a uno en común y mucho más amplio, bien gestionado y fiable. Sin embargo, estamos haciendo caso omiso.

Es urgente y necesario acabar con las devoluciones de migrantes y refugiados, crear Mecanismos Nacionales Independientes de Seguimiento para investigar esos retornos. La mayoría ilegales según el ordenamiento jurídico internacional. No podemos continuar con esas políticas que España sigue realizando en Ceuta y en Melilla, y en las últimas semanas en el archipiélago canario.

Es obligatorio aplicar medidas para mejorar su búsqueda y rescate y garantizar un desembarco verificable de las personas rescatadas en alta mar.

Nuestro país está llamado a promover una reforma sostenible del sistema de asilo y a lograr avances en cuestiones clave como la solidaridad en el seno de la Unión, y unas condiciones de acogida adecuadas y unos procedimientos de asilo justos y rápidos para determinar rápidamente quién necesita protección internacional y quién no, de conformidad con las garantías legales. No puede ser que hoy en día nos estemos saltando a la torera, elementos fundamentales para la concesión del asilo: muchas entrevistas se realizan sin seguridad jurídica, sin interpretes en lengua materna, sin informar a las personas de sus derechos.

El retorno digno a sus países de origen de las personas que no necesitan protección internacional es igualmente crucial para un sistema creíble y bien gestionado. Estamos devolviendo a personas a sus países, sin tener en cuenta la situación personal, e intentando realizarlo antes de las 72 horas que permite el marco legal.

Ante la falta de consenso sobre la aplicación de un marco común de asilo en la Unión Europea, no dejan de ser preocupantes las propuestas de externalización o subcontratación de las obligaciones de asilo en otros países y  este tipo de iniciativas contravienen el espíritu de la Convención de 1951 sobre el Estatuto de los Refugiados y del Pacto Mundial sobre los Refugiados.

En un momento en el que el número de personas desplazadas por la fuerza en el mundo ha alcanzado su máximo histórico, en el que las necesidades humanitarias aumentan y, sobre todo, en el que el número de llegadas a la Unión sigue siendo manejable, es esencial que la Unión Europea y sus Estados miembros vuelvan a comprometerse con la solidaridad, hacia todas las personas, entre los Estados y con los países que acogen a la mayoría de los refugiados.

 

José Antonio Benítez Pineda, cmf

(FOTO: UNICEF México)

 

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