En boca de muchos, estos tiempos – entre otras cosas- están siendo «raros». También en el ámbito pastoral. Así, ahora es común la imagen de celebraciones en nuestros templos con apenas algunas personas. Eso no quita que, por otro lado, todo lo que estamos viviendo está fortaleciendo nuestros deseos de comunidad, de vivir la fraternidad, pilar básico en la civilización del Amor que Jesucristo vino a instaurar. Ojalá esta oportunidad «forzada» sea un paso seguro y firme en esa dirección.
Oramos pues por todas nuestras comunidades cristianas, para que, en medio de las incertidumbres y sufrimientos, no dejen de apostar por la unidad y la fraternidad.
(Foto del templo de la Parroquia Nuestra Señora del Carmen ayer, 18 de Marzo).