Aquel domingo la lectura del Evangelio cerraba con este broche de oro: «Si vosotros, que sois traviesos, dais cosas buenas a vuestros hijos, ¡cuánto más el Padre del Cielo no dará el Espíritu [...]
Aquel domingo la lectura del Evangelio cerraba con este broche de oro: «Si vosotros, que sois traviesos, dais cosas buenas a vuestros hijos, ¡cuánto más el Padre del Cielo no dará el Espíritu [...]