Surgir de la nada quiero,
como aquel pájaro
que ha roto su embrión,
para consagrarse al viento,
y a los árboles cansados
de encender nuestra razón.
Surgir de la nada quiero,
y colocarme en el punto de los sueños,
con los nidos desnudos
de primaveras y otoños,
en este marzo de sombras y desvelos.
Surgir de la nada quiero,
en la intemperie de los verbos minúsculos,
y abrazarte, ¡oh Dios!,
en nombre de los que sufren,
esta guerra sin consuelo.
Surgir en la flor,
en el pálpito de las estrellas,
en la agonía trasnochada,
en el péndulo y en la arena.
Surgir en un texto desgastado,
en la colilla amarilla de una esperanza,
surgir con los párpados de paz,
coronando los fusiles,
en los campos de batalla.
Surgir en el pincel de “El Bosco”,
y desnudar la psicosis de la “Nave de los Locos”,
anunciando lo maniático
como salida a la existencia
y la catástrofe que nos trae el odio.
Surgir en el ojo de un cíclope dulce
que levante barricadas,
y a quienes mueren por la vida,
en el absurdo combate,
de estas horas consumadas.
Surgir de la nada quiero,
y derribar los pronombres del poder,
en las voces de un mundo tirano
de espaldas a Dios que reclama,
un nuevo renacer.
Surgir de tu cansancio, ¡Señor!,
de sostener la tierra con tus clavos.
Surgir en las ciudades devoradas por la noche,
surgir en las lágrimas de Ucrania.
Surgir ¡oh Dios!, surgir,
hasta morir por la paz
en tu corona de espinas enarbolada,
como bandera que resucita
en nuestras manos
en nuestra tierra,
en nuestros hijos,
en nuestras llagas.
Mérida -Venezuela, marzo 2022
Ramón Uzcátegui Méndez, sc
(FOTO: Suzanne D. Williams)
EMERGIR DO TEU CANSAÇO, SENHOR! em portugués