“A Blas Márquez Bernal”
Pálpito añil que duerme en mi memoria,
calzado tenue, luna en el desierto,
rumbo de voz abriendo el desacierto
cual agua alegre, triste entre la noria.
Gitano-Nazareno, verbo y gloria,
urbano testimonio, punto abierto,
Reino de Dios entre aquel cielo yerto
de su sonoro campo en luz de Soria.
Sevilla nacarada de testigo
de su amoroso paso plenilunio,
conjugado de amor y de locuras.
Y yo, remando nuestro amor amigo;
¡caracola canaria, abril y junio!
que repara mis besos sin costuras.
Ramón Uzcátegui, sc