Isidro Rodríguez, seglar claretiano que ha estado durante cuatro años compartiendo la misión en nuestro Equipo de Pastoral Juvenil Vocacional (EPJV), nos escribe una carta al finalizar esta etapa. Damos gracias a Dios por toda su entrega, por su buen hacer entre los jóvenes y por su cariño y delicadeza con los claretianos y nuestras comunidades! ¡Muchas gracias, Isidro!
SOMOS MISIONEROS
A mis hermanos Claretianos de Bética:
Os escribo unas líneas para comentaros lo que han sido estos cuatros años dentro del equipo de pastoral juvenil vocacional, pero sobre todo os escribo para agradeceros el poder compartir la apasionante misión de anunciar el Evangelio.
¡Somos misioneros! Qué bueno ha sido el que durante estos años haya aprendido, desde mi vocación seglar, a ser un misionero que anuncie a Jesús por donde vaya. Estos años han sido un auténtico encuentro con el fuego del amor de Dios que, pese a mis fragilidades y debilidades, me elige y me conforma para lanzarme al mundo, en concreto a jóvenes y niños. ¿Qué mayor regalo que éste?
Unos años en los que me he sentido heredero de una grande obra. Por una parte, heredero del carisma de Claret que, desde vosotros, pone en movimiento mi vida para hacer que otros también quieran conocer, amar y servir a Dios. Por otra parte, heredero de una opción tomada por la provincia Bética hace ya varias décadas de apostar por la pastoral juvenil, por tantos claretianos que han apostado y apuestan por los jóvenes. Qué sencillo es el camino cuando se ha trabajado tan bien hasta hoy: ¡Así cualquiera! Una apuesta que, como joven, se hizo por mi hace unos años y que me dio a conocer el regalo de la fe y la vocación. Espero haber podido aportar mi grano de arena en esta misión de la pastoral juvenil y que otros jóvenes también haya recibido de Dios todo esto.
El problema de la falta de jóvenes que opten por la vida religiosa es una preocupación que ha rondado y ronda en mi cabeza. Os pido disculpas, pues son muchas las preguntas las que me hago y poco en claro lo que he sacado. Pese a ello, y en vista a las diferentes uniones de provincias que se están llevando a cabo en Europa y en las que se encuentra Bética, sí tengo algo muy claro: Europa, y en concreto nuestra provincia, necesita hoy más que nunca a los misioneros claretianos. Una sociedad sin rumbo, que aparta su mirada de los más pobres y en la que todo vale, nos habla de personas que no se han encontrado con el Dios de la vida y la misericordia. Hoy más que nunca es necesario la presencia de hombres que anuncien la Buena Nueva de Jesús y de jóvenes que quieran apostar por algo que jamás podrá ser vencido, el Evangelio. El camino, desde esta perspectiva, se muestra apasionante y no lo puedo imaginar sin la presencia de los claretianos.
Por último, agradecer a todas las comunidades por las que he pasado su calor y cariño pese a que para muchos al principio era un desconocido. Admiro la vida e historias misioneras de los mayores y me motiva las ganas de querer hacer nuevas todas las cosas de los más jóvenes. Me he sentido muy cuidado y, pese a la vida itinerante del Equipo de PJV, me he sentido como en casa en muchas ocasiones. Especialmente me llevo un recuerdo imborrable de la última comunidad de Loja con las que, pese a tantas salidas, pude compartir mucha vida. Agradecer también al Superior Provincial, al Gobierno Provincial y al Prefecto de Pastoral Juvenil el apoyo y todas las facilidades que me han puesto para cualquier cosa que he necesitado, ha sido un sueño poder compaginar la misión evangelizadora entre los jóvenes con la finalización de mis estudios de Magisterio de Primaria. Tampoco puedo olvidar a todos mis compañeros que, durante estos cuatro años, me han acompañado en el equipo: a Jorge, Santi, Gabri, Martín, Míchel y Alejandro. De todos ellos me llevo herramientas para poder seguir creciendo en la misión y en el amor a los demás.
¡La misión continua! Me siento afortunado de poder seguir compartiendo vida y apostolado junto a otros claretianos y seglares en el Colegio de Sevilla. Os pido que recéis por mí y por todos los jóvenes a los que acompañamos para que solo sea la luz del Evangelio la que mueva nuestras vidas, para que ante todo se haga la Voluntad del Padre.
¡A vuestro servicio!
Isidro Rodríguez, sc
