Solo y a solas. Cálidas las penas
en el umbral ardiente de mi llanto.
Tan frágiles las penas mientras tanto.
Tan enteras las sombras por mis venas.
Ni verbo ni herramientas. Solo penas
y una oquedad después y todavía.
Pena con pena, el pan de cada día,
sin diques, herramientas ni cadenas.
De noche las repaso con ternura;
y en la almohada de mi sueño espero
consagrar su verdad y su estatura.
Yo vengo de un dolor enajenado
y esta pena que palpo es un lucero
de otra pena mayor en el costado.
Las Palmas, 2018
Blas Márquez Bernal, cmf
(FOTO: Lukas Rychvalsky)
SÓ E A SÓS em portugués