«Ánimo, hija, tu fe te ha salvado. Y en aquel momento, quedó curada la mujer… La niña no está muerta, está dormida… Cogió a la niña de la mano y ella se levantó».
Jesús se encuentra hoy con dos personas a quienes la vida les abandona.
Jesús, que es la VIDA, se acerca a quienes no la tienen.
En primer lugar, se acerca a una mujer que sufre hemorragias de sangre por las que se le está yendo la vida.
Después se acerca a una niña a quien la vida le acaba de abandonar.
La mujer tenía poca vida pero mucha fe. Por eso el encuentro con Jesús, que es la VIDA plena, la colma también de vida.
El padre de la niña que acaba de morir se acerca también a Jesús y pide la vida para su hija. Y es también su fe la que hace que su hija vuelva a la vida.
El contacto con Jesús siempre nos contagia de vida. Acércate a Él y presenta todas esas «muertes» que sientas en tí.
Ten fe en Jesús. Él es la VIDA. Él dará vida a todo lo que en tí carece de vida.
Buenos días.
Antonio Sanjuán, cmf