«El que quiera ser grande entre vosotros, que sea vuestro servidor y el que quiera ser primero entre vosotros, que sea vuestro esclavo. Igual que el Hijo del hombre no ha venido para que le sirvan sino para servir y dar su vida en rescate por muchos».
Los discípulos no acaban de entender ni el lenguaje ni los planteamientos de Jesús. Son como dos mundos paralelos.
Mientras Jesús sube a Jerusalén, va hablando a sus seguidores de sufrimiento, de fracaso, de muerte en cruz y también de plenitud de vida. Claramente dice Jesús que para alcanzar la gloria hay que abrazar la cruz.
Al mismo tiempo, los discípulos con la madre de los Zebedeo al frente, van pensando el triunfos, en brillantes carreras, en grandes honores, en poder…
Jesús, ante la ignorante y terca postura de sus discípulos, nos vuelve a recordar lo que ya nos ha dicho repetidas veces: «el primero entre vosotros será vuestro servidor».
Recuerda e intenta vivir tú también una de las claves fundamentales de su Reino: El verdadero poder es el servicio.
Ofrécete hoy para ese trabajo o esa tarea que nadie quiere o a nadie le gusta hacer.
Felicidades a todos aquellos que hoy celebráis vuestro Santo: Santiago, Jaime, Jacobo, Yago…
Buenos Días.
Antonio Sanjuán, cmf