«El Reino de los cielos se parece a un grano de mostaza… el Reino de los cielos se parece a la levadura».
Volvemos a las cosas pequeñas. A las semillas diminutas de mostaza y a la levadura que hace fermentar la masa.
A lo que apenas se ve pero que se siente y se nota cuando falta. Son los pequeños detalles, las sonrisas regaladas, los abrazos que de verdad expresan cariño, una palabra de aliento, de bendición y de consuelo…
Estas cosas pequeñas son las que construyen el Reino de Dios porque son como ese poquitín de levadura que hace fermentar la masa.
Son también como ese pequeño ladrillo que es insignificante en la construcción de una torre gigantesca pero que es esencial para su construcción.
Vuelve a orar hoy con este trozo del Evangelio y vuelve a pedir al Señor que escuches hoy su llamamiento a ser granito de mostaza o ser levadura allí donde estés, para que por medio de tí crezca el Reino de Dios.
Buenos días.
Antonio Sanjuán, cmf