Sirviendo la Palabra según Sanjuán: Mt 11, 25-27

«Has escondido estas cosas a los sabios y entendidos y se las has revelado a la gente sencilla». 

Hace pocos días, con motivo de la fiesta del Corazón de Jesús, comentábamos este trozo del Evangelio. 

Decíamos que siempre ponemos como modelo de sencillez la sencillez de un niño. Un niño siempre está abierto al aplauso porque todo le parece admirable.

Sin expresarlo y sin saberlo expresar, vive en el agradecimiento porque se siente débil y pequeño. Confía en toda aquella persona que le muestra cariño porque tiene un corazón abierto a la cercanía. Tengas la edad que tengas, intenta vivir en la sencillez de corazón. Alégrate en y con los demás. Agradece todo don que recibas y de cualquier clase que sea. Confía en Dios y en los demás y, sobre todo, ten un corazón abierto como el de un niño para derramar siempre cariño.

Buenos días.

Antonio Sanjuán, cmf

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