«José, hijo de David, no tengas reparo en llevarte a María, tu mujer, porque la criatura que hay en ella viene del Espíritu Santo. Dará a luz un hijo y tú le pondrás por nombre Jesús, porque Él salvará a su pueblo de los pecados».
José aparece hoy en la escena del Evangelio como siempre aparece él: abierto a los caminos del Señor.
José es el hombre que ve, cree, sufre, calla, espera y obedece.
Por su cabeza pasarían distintos caminos, pero cuando vio el camino que Dios le marcaba, porque lo necesitaba, no dudó en comprometerse y aceptar su voluntad con todas las consecuencias. Asumió desde la fe que Dios actuaba en su vida y en la vida de María y vive con agradecimiento esta misteriosa realidad. Pide al Señor, por intercesión de San José, que aceptes siempre sus planes y los puedas realizar cada día en tu vida.
Celebramos hoy el Nacimiento de la Virgen María.
Toda la Iglesia se alegra en este nacimiento porque María es como la aurora que nos anuncia el nacimiento del Sol, que es Jesucristo.
La felicitamos en este nacimiento. Y nos felicitamos todos por este nacimiento. Felicitamos a todas aquellas que hoy celebráis vuestro Santo bajo la advocación de tantos nombres como le damos a la Virgen María: Aguasantas, Soterraño, De la Vega, Guadalupe, Begoña, Covadonga…
Buenos días.
Antonio Sanjuán, cmf