«Enseguida le mandó a uno de sus guardias que trajese la cabeza de Juan… Fue, lo decapitó en la cárcel, trajo la cabeza en una bandeja y se la entregó a la joven; la joven se la entregó a su madre».
Celebramos hoy el martirio de San Juan Bautista.
Durante toda su vida Juan vivió en la austeridad, en la verdad y en la coherencia.
Anunció, sin ninguna clase de tapujos, la venida de Jesús, primero, y su presencia después.
Su misión fue el preparar al pueblo de Israel para la acogida de Jesús.
Predicó la conversión y tuvo que enfrentarse a la mentira y a la corrupción. Y esta misma mentira y corrupción lo quito de en medio pagando con su propia cabeza la defensa de la verdad.
Juan Bautista nos enseña y nos estimula hoy a todos nosotros a la defensa de la verdad.
Vamos a pedirle al Señor por intercesión de Juan Bautista la valentía que el tuvo para defender siempre la verdad.
Buenos días.
Antonio Sanjuán, cmf