«Jesús se le quedó mirando con cariño y le dijo: una cosa te falta anda, vende lo que tienes, dale el dinero a los pobres, así tendrás un tesoro en el cielo, y luego ven y sígueme».
El joven que en el Evangelio de hoy se acerca a Jesús es un buen cumplidor. Desde pequeño ha venido cumpliendo todos los mandamientos. De alguna manera, él quiere conquistar la vida eterna a fuerza de cumplir normas y preceptos. Por eso pregunta a Jesús qué tiene que hacer.
Pero Jesús le cambia los esquemas. No le dice lo que tiene que «hacer» sino lo que tiene que «ser».
Primero está el «ser» y después vendrá el «hacer».
No nos equivoquemos en el orden: primero está la decisión firme, segura y exigente de seguir a Jesús, de querer ser como Él y seguirle.
Si tienes claro esto y bien grabado en el corazón, harás también las obras que Él quiere que realices para conseguir la vida eterna. Intenta ser discípulo de Jesús. Después harás lo que Jesús te vaya diciendo.
Buenos días.
Antonio Sanjuán, cmf