«Los de la semilla que cayó en tierra buena son los que con corazón noble y generoso escuchan la Palabra, la guardan y dan fruto perseverando».
Salió el sembrador a sembrar. Diariamente sale el Señor a sembrar en el campo de nuestros corazones.
Y diariamente también nos viene bien el pensar en qué tipo de tierra cae su semilla.
Examina también hoy el tipo de tierra que contiene tu corazón:
◇ Si es tierra pisada y endurecida.
◇ Si las piedras abundan excesivamente en ella.
◇ Si en ella crecen de tal manera las malas hierbas que ahogan todo lo que en ella brote.
◇ Y si es, finalmente, tierra buena y abonada en donde brota, crece y fructifican todas aquellas semillas que en ella se depositen.
Trabaja por identificarte con el final del trozo de este evangelio: «la tierra buena son los que con corazón noble y generoso escuchan la Palabra, la guardan y dan fruto perseverando».
Que tengas hoy una buena siembra. Que en tí caiga la semilla de la Palabra y dé fruto abundante.
Buenos días.
Antonio Sanjuán, cmf