«Esto es mi cuerpo, que se entrega por vosotros haced esto en memoria mía… Esta copa es la nueva alianza, sellada con mi sangre, que se derrama por vosotros».
Celebramos hoy a Jesucristo Sumo y Eterno Sacerdote. Jesús en la mesa de la Eucaristía se hace pan partido, repartido y comido. También se hace vino derramado, repartido y bebido.
Jesús llega hasta el final de la entrega para que otros tengamos vida. Se muestra Sumo y Eterno Sacerdote. Él es el único sacerdote que nos deja el sacerdocio. Los sacerdotes, en su nombre, son ministros de la Palabra, ministros de los sacramentos y pastores de la comunidad.
Pedimos hoy al Señor por todos los sacerdotes de la Iglesia. Que sean pastores con «olor a oveja», que vayan delante del pueblo de Dios, lo alimenten con su Palabra y lo rehagan y alienten con los sacramentos.
Pedimos también al Señor que mande muchos sacerdotes a su iglesia para que sigan cumpliendo la misión de Cristo como sacerdote único y eterno.
Buenos días.
Antonio Sanjuán, cmf