«Jesús les dijo: muchos vendrán usurpando mi nombre diciendo: «yo soy», o bien «el momento está cerca». No vayáis tras ellos».
Nada más lejos del sentir y pensar de Jesús el querer atemorizarnos con predicciones de guerras y desastres.
Jesús no es un profeta de calamidades, sino de paz, de alegría, de esperanza y de salvación.
Lo que quiere enseñarnos en este evangelio es que velemos, como fieles servidores, para que siempre triunfe su amor y su salvación. Quiere que sepamos leer los signos de los tiempos en el día a día. Quiere que no nos dejemos engañar y quedarnos boquiabiertos por los que quieren usurpar su nombre prometiendo falsas salvaciones o haciendo gestos espectaculares.
Él quiere que trabajemos para construir el presente llevando una vida auténtica y coherente.
Quiere que nos planteemos la vida desde su Evangelio porque es la única y mejor manera de descubrir la voluntad de Dios y prepararnos a su misteriosa y salvadora venida.
Edifica tu vida en la roca firme que es Jesucristo y no tengas ninguna clase de miedo.
Tenlo por guía y maestro en todas tus actuaciones.
Buenos días.
Antonio Sanjuán, cmf