«Sabed que está cerca el Reino de Dios».
Tan cerca está ese Reino que lo tenemos dentro de nuestro corazón. Esto tiene que llenarnos de alegría y de esperanza.
Hay muchas señales evidentes de la presencia constante de Dios en nuestras vidas.
Sin parar y por todas partes, existen esas «higueras» de las que hoy nos habla el Evangelio echando brotes llenos de vida y de esperanza.
Tú mismo y tú misma eres esa «higuera» que brota con fuerza mostrando la presencia de Dios entre nosotros.
Siempre que de tí brote la entrega, el sacrificio por los demás, el servicio callado y continuo, la misericordia, el perdón y la paz, brota también el Reino de Dios y haces posible su presencia en tí y en los demás.
Aprende a reconocer su presencia en tí y en los que te rodean. Siembra y cultiva tu fe con alegría y amor para que de tu corazón salgan brotes de vida y esperanza.
Buenos días.
Antonio Sanjuán, cmf
