Sirviendo la Palabra según Sanjuán: Lc 21, 1-4

«Sabed que esa pobre viuda ha echado más que nadie; porque todos los demás han echado de lo que les sobra; pero ella, que pasa necesidad, ha echado todo lo que tenía para vivir».

La Madre Teresa de Calcuta dijo en cierta ocasión: «Tus acciones pueden ser un grano de arena en el desierto, pero el desierto no sería lo mismo sin ese grano de arena». 

La viuda del Evangelio de hoy puede ser ese grano de arena. Su donativo en el arca de las ofrendas es insignificante, pero Jesús lo bendice porque ha echado más que nadie: «Ha echado todo lo que tenía para vivir». Ha dado lo mejor de sí misma. Lo ha dado todo sin temor a perderlo. Se ha dado a sí misma.

Nos cuesta relativamente poco dar cosas. Pero nos cuesta enormemente darnos a nosotros mismos. Darnos en nuestro tiempo, en nuestros proyectos, en nuestros planes, en nuestra alegría…

No sabemos el nombre de esta pobre viuda. Pero seguro que se ganó el cielo por unos cuantos céntimos, que era todo lo que tenía para vivir.

Hoy me encomiendo a ella pidiéndole que también yo sepa dar lo mejor de mí mismo a la iglesia y a todo el mundo. 

Buenos días.

Antonio Sanjuán cmf

Start typing and press Enter to search