Sirviendo la Palabra según Sanjuán: Lc 10, 25-37

«¿Y quién es mi prójimo?».

Tú prójimo es aquella persona a la que tú hagas próxima en tu corazón. 

Seguro que a lo largo de tu vida has oído, leído, meditado y orado el evangelio de hoy más de una vez. 

Te invito de nuevo a que a lo largo de este día conjugues el verbo «projimar» realizando en tu vida las siete acciones que realizó el samaritano que «projimó» al herido en el camino:

     1: Llégate a las personas intentando entender y comprender los sentimientos de cada una.

     2: A cada persona que te encuentres en el camino acércate sin temores y sin miedos.

     3: Procura «vendar sus heridas» y nunca intentes agrandarlas.

     4: Préstale tu apoyo y tu comprensión.

     5: Proporciónale lo que esté a tu alcance para que sus «heridas» cicatricen y se recuperen.

      6: Derrama en esas heridas «aceite y vino». Es decir: cariño, delicadeza, ternura, misericordia…

     7: Cuida de cada persona y, en especial, de aquellas que más cerca están de tí.

Así serás prójimo de todos y así vivirás la misericordia. 

Esto mismo hace Dios continuamente contigo y con todos nosotros. 

Buenos días.

Antonio Sanjuán, cmf

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