«La mies es abundante y los obreros pocos; rogad, pues, al dueño de la mies que mande obreros a su mies. ¡Poneos en camino!.
Hace muy poquitos días comentábamos este mismo texto del Evangelio que hoy se nos propone a nuestra meditación y para nuestra oración.
También hoy, como en tiempos de Jesús, la mies es mucha y los obreros pocos. Aun sin saberlo, nuestro mundo tiene hambre y sed de Dios porque tiene hambre y sed de paz y de justicia, de perdón y de misericordia, de bondad y de belleza, de amor y de acogida.
Nuestro mundo es como un inmenso sembrado que está esperando la lluvia de Dios porque se muere de sed.
Y está esperando obreros que se pongan en camino superando los obstáculos, poniendo todo su esfuerzo, dispuestos a no detenerse, muy ligeros de equipaje y sin temer al cansancio.
¡Ponte hoy en camino!.
¡Ponte en sintonía con toda la Iglesia que, siguiendo al pastor Francisco, quiere vivir en «salida»!.
No evangelizamos desde las parálisis y con los brazos cruzados tranquilamente sentados en un despacho o en un sillón. Evangelizamos saliendo de nosotros mismos y poniéndonos en camino. Vamos también a pedir mucho al dueño de la mies que envíe obreros a su mies.
Buenos días.
Antonio Sanjuán, cmf