Sirviendo la Palabra según Sanjuán: Lc 1, 46-56

«María dijo: Proclama mi alma la grandeza del Señor, se alegra mi espíritu en Dios, mi Salvador, porque ha mirado la humillación de su esclava. Desde ahora me felicitarán todas las generaciones porque el Poderoso ha hecho obras grandes por mí». 

En la celebración del Adviento el evangelio de hoy nos abre a la alegría, a la acción de gracias, a la alabanza y a la esperanza.

Lo que María ya es en plenitud, también nosotros todos estamos llamados a ser.

Ella vive ya la resurrección y la plena vida con Dios que todos nosotros esperamos. 

María reconoce que Dios ha hecho maravillas en ella. 

Una de esas maravillas es que nos la ha dado a todos nosotros como Madre. Acude a ella y pídele que mantenga tu esperanza y la esperanza de todos sus hijos. 

Que nos haga sentir cómo Dios colma con su amor a cada ser humano. 

Que nos haga sentir que todos cabemos en su Corazón de Madre. 

Pídele también que, como ella, seas portador o portadora de esperanza y de alegría. 

Y dile muy fuerte que también, como ella, quieres comprometerte en la transformación del mundo según el proyecto de Dios. 

Buenos días.

Antonio Sanjuán, cmf

Start typing and press Enter to search