Juan 8, 1-11:
«El que esté sin pecado que tire la primera piedra… Tampoco yo te condeno. Anda, y en adelante no peques más».
El Papa Francisco, recién elegido Papa, comentó así este pasaje del Evangelio: «Nos conmueve la actitud de Jesús con la mujer adúltera: «Tampoco yo te condeno». El rostro de Dios es el de un padre misericordioso. Siempre tiene paciencia.
Dios nunca se cansa de perdonar! Nunca!. El problema es que nosotros nos cansamos de pedir perdón. Tenemos que aprender a ser más misericordiosos con todos.
En el Padre Nuestro decimos «perdona nuestras ofensas como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden».
No culpes nunca!. El pecado siempre ha de ser condenado pero el pecador siempre ha de ser perdonado. Evita echar culpas a los demás. Es mejor perdonar, porque «el que esté sin pecado, que tire la primera piedra».
Buenos días.