«Todo lo que me da el Padre vendrá a mí, y al que venga a mí no lo echaré afuera, porque he bajado del cielo no para hacer mi voluntad sino la voluntad del que me ha enviado. Esta es la voluntad del que me ha enviado: que no pierda nada de lo que me dio, sino que lo resucite en el último día. Esta es la voluntad de mi Padre: que todo el que ve al Hijo y cree en él tenga vida eterna, y yo lo resucitaré en el último día».
Conmemoramos hoy a todos los Feles Difuntos.
Conmemorar a todos los Fieles Difuntos es igual que avivar nuestra esperanza en la Vida verdadera y en la Resurrección con Jesús.
El día de hoy ciertamente que es para pedir y acordarnos con nuestra oración y nuestro cariño de todos aquellos que nos precedieron con el signo de la fe.
Pero también es el día en el que nuestra alegría por la derrota de la muerte y por el triunfo de la VIDA se tiene que manifestar.
Ha de ser el día en el que repitamos muchas veces aquellas palabras que, también muchas veces, repetimos en el Tiempo Pascual:
-«¿Dónde está, muerte, tu victoria?.»
-«¿Dónde está, muerte, tu aguijón?».
– «¡La muerte ha sido vencida por la VIDA!».
– «¡CRISTO HA RESUCITADO¡»
Buenos días.
Antonio Sanjuán, cmf