«Mi Padre sigue actuando y yo también actúo».
Creemos a veces que los santos han llegado a serlo sus propias fuerzas. Y cuando los queremos imitar, también creemos que podemos hacerlo con nuestras propias fuerzas.
Olvidamos que quien actúa siempre es el Señor. Es el Padre quien amorosamente y continuamente está actuando en nosotros.
Es el Hijo quien también continuamente nos está dando la VIDA.
Es el Espíritu Santo quien permanentemente nos santifica. Ciertamente que todos los santos son héroes. Pero no porque ellos hayan triunfado sino porque Dios ha triunfado en ellos.
Abre tu corazón a la actuación de Dios en tí. Deja que su gracia te vaya transformando.
Su palabra diaria te irá enseñando el camino. Y los sacramentos te irán manteniendo y dando las fuerzas necesarias para que también Dios triunfe en tí.
Buenos días.
Antonio Sanjuán, cmf