«Jesús le dice: «¡María!». Ella se vuelve y le dice: «¡Rabboni!», que significa: «¡Maestro!».
«Fuera, junto al sepulcro, estaba María, llorando».
María permanece aún llorando junto al sepulcro. No se da cuenta de que ese vacío del sepulcro no es porque hayan robado el cuerpo de Jesús, sino porque Jesús ha salido triunfante de él.
María comienza a vivir la vida resucitada de Jesús cuando escucha su nombre y se vuelve. También hoy Jesús resucitado se dirige a tí llamándote por tu nombre.
También quiere arrancarte de tus llantos y de tus sepulcros.
Como María, sólo tienes que volverte hacia Él y reconocerle como tu Maestro y Señor.
María no sólo se volvió y reconoció al Señor. Fue a los discípulos y les anunció que había visto al Señor. Anuncia con tu palabra, con tus hechos y, sobre todo con tu vida, que también tú has visto al Señor resucitado.
Buenos días.
Antonio Sanjuán, cmf