«Cuando venga el Paráclito, que os enviaré desde el Padre, el Espíritu de la verdad, que procede del Padre, Él dará testimonio de mí y también vosotros daréis testimonio».
No perdamos de vista que el Evangelio siempre es nuevo. Es la eterna novedad que siempre se estará oponiendo a lo viejo.
Que siempre se opondrá a todo lo que hace al hombre ser viejo: la pasividad, la comodidad, la cobardía y el egoísmo, el apoltronamiento…
Y es lógico que todo lo que tenemos de viejo, tanto en nosotros mismos como en la sociedad, se revele y quiera aniquilar todo lo que es nuevo.
Sufriremos de una u otra forma siempre que queramos vivir la novedad del Evangelio.
Jesús nos dice hoy que no tambaleemos en estos momentos porque el Espíritu Santo, el Defensor, estará siempre junto a nosotros.
Él será nuestra fortaleza y nuestra defensa inquebrantable.
Sigue pidiendo el Espíritu Santo que Jesús nos envía desde el Padre.
Buenos días.
Antonio Sanjuán, cmf