«Yo soy el camino, la verdad y la vida. Nadie va al Padre sino por mí».
Si corres extraviado, avanzas inútilmente. Y, lo que es peor, sólo caminas para fatigarte y caminas en vano. Tu error es más grande cuanto más corres fuera de camino.
Corre, pero corre por el camino de Cristo. Porque Él dijo: «Yo soy el CAMINO».
Corre sabiendo que llevas dirección segura, pues el mismo Cristo añadió: «Yo soy la VERDAD».
Corre por Él y dirígete a Él y encontrarás la VIDA.
«Precisamente para que corrieses hacia Jesucristo, descendió Él hasta tí. Tú estabas alejado, andabas errante en países remotos y con una debilidad que no podías moverte. Descendió hasta tí el médico, se acercó a ti, que estabas enfermo, y el camino quedó trazado en este valle de peregrinación. Anda, pues, por esa senda que es Cristo, y te salvarás» (San Agustín). Buenos días.
Antonio Sanjuán, cmf